Sola.
En esa hora mágica donde las sombras forman colores inesperados
donde no es de día ni de noche,
camino por la orilla y dejo que el mar roce mi piel,
me dejo llevar
y espero encontrar en algún lugar
un sitio donde poder sentarme y observar
como el color del cielo se va transformando,
el sol va desapareciendo
y entra en escena la luz plateada de la luna.
El mar viene y se va como meciéndose
y yo absorta entre el sonido de las olas
veo como la noche avanza nutriendo mi alma
solitaria...
.....
Grace Guldrís
Las almas nunca están solas. Siempre hay una al lado de otra.
ResponderEliminarAunque no las veamos, ellas están juntas.